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Nota de la semana

El artículo de Horacio Cecchi publicado hoy en Página/12 expone una denuncia que comenzó a circular ehace varios días entre los organismos de derechos humanos a partir de la difusión realizada por el Comité contra la Tortura, pero que hasta el momento no había sido reflejado por los medios masivos de comunicación.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿y qué pasa con esta «inseguridad»?, ¿qué pasa con l@s jóvenes que diariamente son perseguidos por la policía y torturados en las comisarías? ¿Por ellos también se pide en las marchas que bregan «por la seguridad de todos»? ¿Realmente se pide SEGURIDAD para tod@s? Entendemos que debemos reveer el uso que se le está dando a ese concepto que hoy pareciera ser «exclusivo» y «excluyente».

Torturas bonaerenses a un adolescente de 17
Por Horacio Cecchi

El miércoles pasado, un chico de 17 años denunció haber sido torturado el día anterior durante horas por bonaerenses de la comisaría 6ª, en la localidad platense de Tolosa. Dijo que lo detuvieron en la casa de un amigo, que lo golpearon estando esposado, que le dieron latigazos con la hebilla de su propio cinturón, que le envolvieron la cabeza en una bolsa de nylon y que luego se la sumergieron en agua podrida. Pese a que los mismos policías lo amenazaron de muerte, efectuó la denuncia al día siguiente. El defensor oficial del fuero juvenil, Julio Axat, y Roberto Cipriano García por el CCT, denunciaron las torturas y la detención ilegal del chico. Ayer, el ministro de Seguridad y Justicia Ricardo Casal recibió a Alejandro Mosquera, Víctor Mendibil y Aldo Etchegoyen, de la Comisión Provincial por la Memoria, ante quienes se comprometió a remover a los responsables.

El relato de la denuncia es una radiografía del sistema de detenciones de adolescentes por parte de la Bonaerense, método que defienden ante la Justicia Casal y su colega de Desarrollo, Baldomero Alvarez. Alrededor de las cinco y media de la tarde del martes 5, la fiscalía y la defensoría penal juvenil en turno de La Plata recibieron un llamado telefónico de la comisaría 6ª informando que tenían un adolescente de 17 años al que habían detenido por “resistencia a la autoridad”. La Justicia ordenó la liberación porque, en sí misma, la resistencia no configura un delito pasible de detención. Pasadas las 11 de la noche, lo soltaron. En el medio, pese a los reclamos de parte de la sociedad, demostraron que no tienen las manos atadas. Tampoco los pies. Al pibe lo molieron a golpes y lo torturaron con clásicos de la dictadura: submarino y submarino seco.

El relato del chico es estremecedor. Dice que estaba en la casa de un amigo, y que de un patrullero bajaron bonaerenses y lo sacaron a los golpes de la casa sin motivo. “En ese lugar me dan una paliza en el piso. Llegan cuatro patrulleros más y entre más o menos ocho policías me patean y golpean en el suelo, mientras los vecinos observaban.”

Lo subieron a un patrullero. El chico estaba aterrado de que lo mataran y arrojaran al río. Pero lo llevaron a la 6ª de Tolosa donde en un calabozo del fondo “más o menos 15 o 20 oficiales me pegan en todo el cuerpo. Uno me saca el cinturón y me da cintazos con la hebilla en mi espalda. Me salía sangre del oído y la boca. Después me sientan en una silla afuera del calabozo, con las manos esposadas atrás, me ponen una bolsa en la cabeza, me quieren asfixiar, me golpean con las culatas, durante más o menos una hora. Me sacaban y me ponían la bolsa. Como no quería firmar el papel de resistencia a la autoridad me metieron la cabeza en un tanque de agua podrida. Y así durante media hora hasta que firmé. Me dejaron tirado empapado en el calabozo y a cada rato venía uno y me decía que si contaba algo de lo que me pasó era boleta”.

El chico dijo que los médicos policiales lo miraron “así nomás”. Después lo llevaron al hospital Gutiérrez y de vuelta al calabozo. A las 23, le dieron la libertad. Ya no se resistía. Al día siguiente el chico se fue acompañado por la madre a hacer la denuncia. Ayer, Axat y Cipriano García presentaron la denuncia por torturas, apremios y vejaciones. El fiscal 4 Fernando Cartasegna tomó la denuncia y demostró que es la policía la que ata las manos de la Justicia: en la carátula del caso al término “torturas” lo reemplazó por “severidades”. La diferencia es simple: la pena por tortura es de hasta 25 años. Por severidad, sigan pegando.

«Sueños de Libertad»

Este viernes 8 de octubre, desde las 16 horas, se llevará a cabo la presentación de «Sueños de Libertad» la revista realizada por mujeres presas de la unidad penal nº 8, de Los Hornos (Partido de La Plata).

El proyecto, que fue avalado por el GESEC, es coordinado por el «Grupo Humanidad: trabajando en positivo», una Asociación Civil sin fines de lucro, que trabaja desde 1995 en la capital bonaerense, con el objetivo de “ayudar a las personas viviendo con VIH-Sida, familiares y amigos”.

La presentación se llevará a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Trabajo Social, ubicada en Calle 9 entre 62 y 63, de La Plata y es abierto a toda la comunidad.

Zaffaroni en «Bajada de Línea»

A continuación publicamos los principales pasajes de la entrevista que le realizó Víctor Hugo Morales al Ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, en su programa “Bajada de Línea” que se emite los domingos, por Canal 9 respecto la vulneración de derechos en las comisarías bonaerenses y cárceles de nuestro país.

Víctor Hugo Morales: Ésta es una investigación del CELS, esto es lo que llegó hasta usted, doctor Zaffaroni, por lo cual tomaron la medida que comenté recién.
Eugenio Zaffaroni: Exactamente, sí.
V.H.M.: Es una, ¿qué palabra utilizar?, una infamia, una vergüenza, una tristeza muy grande.
E.Z.: Sí, realmente es todavía peor, porque no son penados, tenemos un 60, un 70 por ciento de presos no condenados, de los cuales hay un alto porcentaje que en su momento va a ser absuelto. De modo que lo que tenemos es un número de personas presas para nada, ese es el grave problema, ¿no?
V.H.M.: Le va a interesar ver y si es necesario corregir el informe que vamos a presentar ahora sobre cuál es la situación en las cárceles.
Locutor (informe): En la provincia de Buenos Aires hay 30 mil personas privadas de la libertad. El 12 por ciento de los pesos se encuentra en comisarías, pese a que la Corte Suprema de Justicia lo prohibió hace cinco años. La provincia cuenta con un déficit de 12 mil plazas carcelarias. Es decir, tiene 18 mil lugares para 30 mil presos. Del total de las personas que se encuentran en cárceles y comisarías el 68 por ciento no tiene ningún tipo de condena. Para que quede más claro, 20 mil presos están esperando que les digan si son culpables o inocentes. La presión política y mediática llevaron al endurecimiento de las leyes y aumentaron el uso de la prisión preventiva por parte de los jueces. Esto provocó que la cantidad de presos aumentara un 330 por ciento desde 1990. (fin informe)
V.H.M.: ¿Están bien estos números?
E.Z.: Es exacto, sí. Es exacto y es exacto el diagnóstico también. Es decir, cuidado, porque a veces se confunden cosas, no es que estemos bregando por ponerle menos pena a un homicida, por ponerle menos pena a un violador, por ponerle menos pena al asaltante a mano armada, no, no, no, no.
Aparte más aún, el hecho de que se refuercen las penas, que se le pongan cinco años más o menos, eso no cambia nada, es decir, si a quien se le van a poner 20 años, se le ponen 25, al efecto de la prevención en cuanto a si me van a dar o no un golpe cuando entro a mi casa es otra cosa, no, no, no es ese el problema. El problema es que no tenemos que tener presos para nada, es decir, tenemos que tener…, tenemos que hacer en forma tal que esté preso quien tenga que estar preso y quien vaya a ser condenado y quien sea condenado por un delito grave. Los delitos leves tenemos que buscar otras soluciones, no tenemos por qué tener presos por delitos leves, hay otras soluciones, control de conducta, y los delitos de mediana gravedad tenemos que distinguirlos según sea violencia personal, no haya violencia personal, etc. Pero no podemos llenar por las dudas, por prisión preventiva cárceles y cárceles y cárceles porque por más que construyamos cárceles, yo no conozco ningún país del mundo donde haya celdas ociosas… (superposición de voces) …y vamos a tener más cárceles superpobladas o sea lo que estamos haciendo, lo que normalmente se hace en la política de construcción de más cárceles, más cárceles, más cárceles, es generar mayor problema de superpoblación carcelaria, ese es el problema.
V.H.M.: Lo tremendo doctor es que desde el fallo Verbitsky, como se conoció aquella decisión de ustedes por la participación del CELS, naturalmente, a hoy las cosas no han cambiado demasiado, nosotros nos enteramos de una comisaría a la que visitamos con nuestras propias cámaras…
E.Z.: Hubo un cierto momento en que no se liberó gente, pero entre el ingreso que decreció y en número de presos en la provincia había bajado considerablemente, no verticalmente, nunca hay que soltar gente de golpe, eso no hay que hacerlo, pero hay que ir menguando el ingreso y eso en algún momento había pasado, sí.
V.H.M.: Así y todo doctor en la comisaría que nosotros elegimos para ver qué había ocurrido con el fallo de la Corte Suprema encontramos que en un sitio que hay lugar para cinco personas, había 19.
E.Z.: Hay un problema técnico que quería especificar respecto…, la gente habla de los colchones, hay una cuestión con los colchones que hay que tener muchísimo cuidado con los colchones de poliuretano, realmente hay que eliminar los colchones de poliuretano en cualquier lugar donde haya presos. Son los colchones que al quemarse generan un gas tóxico que obtura las vías respiratorias y mata. No es por carbonización que muere la gente, sino que muere por el efecto del poliuretano. Es un efecto más o menos parecido a lo que pasó en Cromañón. De modo que en algún momento yo propuse que se hiciese una ley prohibiendo esos colchones en todas las cárceles de la república, en todos los lugares en donde haya personas detenidas. No salió la ley, pero de cualquier manera es algo en lo que quiero insistir. Hay varios cientos de muertos por ese efecto.

V.H.M.:¿Cómo jugamos en esta historia terrible que las imágenes han documentado sobre cómo se vive en las cárceles?
E.Z.: Hay una…, no creamos que esto lo hacemos nosotros los medios argentinos porque es algo que lo hemos inventado acá. Hay una criminología mediática, mundial que baja de Estados Unidos y se expande por todo el mundo, con un objetivo, con una presión de tipo vindicativo, una cosa de exaltación de la venganza, pero que cuidado, insisto, la característica no es “le voy a aplicar más pena al asesino serial, al que meta a la viejita, al secuestrador, al violador”, no, si fuera eso no sería nada, no, no, no, es tomar como chivo expiatorio un grupo social, este es el asunto. Entonces me muestra a un pibe que hizo una barbaridad, en la otra imagen me muestra un pibe que está tomando cerveza en la esquina, éste es igual, son ellos, éste todavía no lo hizo, pero lo va a hacer. Entonces cuidado que…, insisto, no es la mayor pena al criminal, lo que se está es estigmatizando y criminalizando a un grupo social, que normalmente son los adolescentes y jóvenes de barrios precarios en toda nuestra región, me estoy refiriendo a América Latina. En Estados Unidos son los negros, el 60 por ciento de la población penal de Estados Unidos son negros, el resto son latinos. En Europa son los inmigrantes, los turcos en Alemania, los islámicos en Francia, ahora creo que son los islámicos también en Inglaterra, antes eran los caribeños. Nosotros no importamos presos, los estigmatizamos nosotros, entre los nuestros. Entonces cuidado con ese asunto de la guerra, no, no, la mayor pena criminal de cualquier manera no le estamos acariciando la cabeza, por mi mano pasan sentencias de 20, 30 años, perpetua, etc., todas las semanas. No, ese no es el problema el problema es no estigmatizar un grupo social de adolescentes o jóvenes de zonas o barrios precarios, éste es el problema.
V.H.M.: Es hablar de la mano dura, lo que se hace de vez en cuando, ¿no?
E.Z.: Sí, pero la mano dura corre contra ese segmento social, entonces tolerancia cero para ese segmento social. ¿Qué es tolerancia cero? Es llenar las cárceles de tontos, estamos llenando las cárceles de criminales, ese es el asunto.

(…) Baja de Estados Unidos una táctica, una técnica, que es reemplazar al ciudadano, la imagen del ciudadano medio, trabajador, por la del ciudadano medio víctima y es una de las peores crueldades que baja como técnica comunicacional. Es tomar a la víctima en el momento en el que la víctima está extroyectando su problema, su carga de culpa inconsciente e irracional que tenemos todos cuando tenemos una pérdida fuerte. Fijarla en ese rol y pedirle terminar con la elaboración del duelo, es decir, recuperar el equilibrio, porque la víctima tiene un trauma muy fuerte, recuperar su salud mental. La usan, la fijan en ese rol, después la tiran, sin importarle el daño psíquico que le causan. Convierten a la víctima en una víctima héroe, le brindan todo el escenario mediático. Después cuando se le va acumulando más culpa irracional, irracional porque eso nos pasa a todos, se le va acumulando y entonces la extroyecta y por ahí dice unos cuantos exabruptos y se hace absolutamente inmostrable a los medios, la tiran, una cosa usada.

(…)Tenemos un concepto de seguridad muy torcido, yo quisiera que cada uno de nosotros en calma, sobre todo los que somos medio veteranos ya, hiciéramos una lista de la gente que conocemos o que conocimos, no que nos contaron, sino que conocimos, que se convirtieron en cadáveres antes de tiempo y ahí vamos a ver los riesgos, cuál es la jerarquización de riesgo, ahí nos vamos a dar cuenta de que hay que primero cuidarse al cruzar la calle, después que hay que cuidarse de la familia y de los amigos, después que hay que cuidarse de uno mismo, de no deprimirse o suicidarse y después del ladrón.

“Sucedió en las Casuarinas”, interpretada por “ExPRESArte

El grupo de teatro “EXPRESARTE”, presentó “Sucedió en las Casuarinas”, una obra de Miguel Benedetto, profesor del taller que coordina hace varios años en la unidad nº33 de Los Hornos, La Plata.

Alrededor de 50 personas colmaron la sala del Teatro de la Universidad Nacional de La Plata, y pudieron disfrutar de una divertida propuesta con excelentes personajes que con condimentos bien logrados por el lenguaje oral y corporal utilizado, contribuyeron a crear una la escena rural muy real.

La historia transcurre en Las Casuarinas, un pequeño pueblo que se verá conmocionado por la llegada de un doctor, Andy. La familia que lo recibe, está conformada por el “Tata”, su esposa y sus tres hijas, quienes competirán por el amor del carismático médico, aunque finalmente sólo una lo conseguirá.

Ciriaco y su amigo, celosos por la presencia del recién llegado, intentarán derribarlo con estrategias hasta místicas.

Una serie de acontecimientos desopilantes construyen esta simpática historia que además, cuenta con separadores entre escenas, logrados por quien interpreta al doctor, que con una bella voz y al ritmo una payada folklórica, entonará estrofas que analizaban los hechos que se sucedían.

Partiendo de la idea “El Teatro: Un Espacio De Libertad”, las actrices permitieron revelar un relato que conducen a ver el amor desde distintas perspectivas.

Entre los presentes, se destacó la presencia de los integrantes de un comedor de Tolosa, a quienes irían destinados los alimentos no perecederos recaudados en el espectáculo.

Durante el mes de noviembre volverán a presentarse… en fecha a confirmar.

Educación en contextos de encierro, una mirada interdisciplinar

Con más de 40 presentes, se desarrolló la charla-debate “Educación en Contextos de Encierro, una mirada interdisciplinar”, organizada por la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades y Ciencias de Educación y el CEHCE (Centro de Estudiantes de Humanidades y Ciencias de la Educación).

Los tres panelistas invitados cumplieron con el objetivo de la convocatoria al aportar, cada uno desde su perspectiva y área de trabajo, no sólo datos, sino puntos de análisis y hasta propuestas en pos de garantizar una educación de calidad para las personas privadas de libertad.

Luego de las exposiciones se generó un interesante intercambio y debate con los presentes, lo que enriqueció aún más este encuentro en donde principalmente se concluyó sobre la importancia de que la sociedad civil, y la Universidad en particular, se involucre para hacer más visible la cárcel y así poder abrir este espacio de privación de libertad, mientras se gestan las políticas y el contexto para una sociedad más inclusiva e igualitaria.

Los aportes

La apertura de la charla estuvo a cargo del profesor de Educación física, Santiago Achucarro[i], indicó conceptos teóricos (remitiendo a Irving Goffman, entre otros) para intentar conocer quién es el sujeto que está privado de libertad, y especialmente, cuál es el lugar que ocupa la educación física en estos espacios carcelarios.

Al respecto, detalló que no es un área que se encuentre dentro de la currícula oficial, sino que está vinculada al tratamiento o recreación, por lo que convocó (frente a futuros profesionales de esta carrera) a “repensar la educación física como práctica política” y enfatizó que no debe ser considerada como una disciplina rehabilitadota, ni una práctica disciplinante.

También sostuvo que faltan proyectos sistemáticos respecto a la actividad corporal, y se refirió a la importancia de la misma teniendo en cuenta los procesos deteriorantes de prisionización.

Por último, consideró que es muy importante darle “visibilidad a la cárcel”, para poder llevar a cabo todas aquellas acciones tendientes a garantizar un acceso igualitario a estas prácticas físicas.

El Lic. Francisco Scarfó[ii], por su parte, se refirió a la importancia de considerar a la educación como un derecho. “Esta perspectiva hace judicializable esta práctica y permite así, exigir desde otro ámbito (el judicial) la garantía del mismo”, sostuvo.

Luego de realizar un racconto histórico sobre la educación en contextos de encierro, con detalle sobre las diferentes consideraciones y las funciones que se le otorgaron en distintos períodos en nuestro país, realizó una exposición respecto de las instancias que se están desarrollando y que deberían fortalecerse en pos de mejorar la calidad educativa de quienes se encuentran privados de libertad.

Respecto a la especificidad en la capacitación docente destacó que este año comenzó a dictarse el postítulo de Educadores en Contextos de Encierro, y también hizo referencia a los seminarios que dicta el GESEC como una instancia superadora para repensar las prácticas docentes en estos ámbitos y como un espacio de intercambio entre quienes se desempeñan, o desean trabajar allí.

Asimismo, Scarfó consideró positivas las mesas de cogestión entre funcionarios de las unidades penitenciarias y de las instituciones educativas, y el legajo educativo como registro para quien accede a instancias formales de educación; aunque reconoció que no concretan tanto como deberían y que la burocracia y otras prácticas como los traslados arbitrarios y sistemáticos impiden el cumplimiento del derecho.

También indicó que es necesario formalizar protocolos de organización para facilitar y garantizar el acceso para los docentes y los estudiantes.

Por último, la exposición de Esteban Rodríguez[iii] estuvo dirigida a problematizar la cárcel, y las prácticas de poder y complejidades sociales que generan el contexto actual que hace que esta institución punitiva encierre y afecte directa e indirectamente cada vez a más personas, y no solamente a quienes se encuentran alojadas en las unidades penitenciaria. Se refería a las alternativas de pena (arresto domiciliario, libertad condicional, etc), a quienes pasaron por la cárcel, y a los familiares y amigos de quienes están detenidos.

Sobre la educación, consideró que se trata de una muy buena instancia para la organización, que también se busca limitar en la cárcel, además de promover la ruptura de lazos afectivos cercanos.

Por otro lado, expuso su perspectiva respecto de entender que la cárcel es «otra agencia que contribuye a modelar trayectorias vulnerables», a desciudadanizar y despojar al sujeto de su condición humana», y que esta instancia de encierro se transforma no ya en un depósito (como muchos teóricos han manifestado) sino, en un «pantano» del cual es imposible salir, aunque la persona ya no se encuentre dentro de los muros y además, donde pasan «muchas cosas», en referencia a las vejaciones cotidianas.

También esbozó su postura sobre el estereotipo perseguido por la Policía (jóvenes, pobres, morochos) y en ese sentido sostuvo que el Estado no sólo tiene el monopolio de las fuerzas sino que también lo tiene sobre la identidad a través de prácticas como la detención por averiguación por antecedentes.

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[i] Profesor de Educación Física. UNLP. Maestrando en Educación corporal UNLP. Profesor Adjunto ordinario en Teoría de la Educación Física I. UNLP. Profesor a cargo del Seminario “Educación Física en contextos carcelarios” UNLP.

[ii] Licenciado y profesor en Ciencias de la Educación. UNLP. Presidente del GESEC. Docente del seminario “Educación Pública en Contextos de Encierro”.

[iii] Esteban Rodríguez Alzueta, Abogado. UNLP. Magister en Ciencias Sociales. UNLP. Docente a cargo de la cátedra Estado, Sociedad y Poder perteneciente al Depto de Psicología. Autor de “La Criminalización de la Protesta social”, entre otros.